El cuadro ha sido pintado por el cura D. Leandro Fernández representando a San Agustín con el hábito de la Orden Agustiniana por expreso deseo de D. Jerónimo.
La noche del 18 de noviembre de 2019 llegó a la iglesia de Fuente Álamo un cuadro de San Agustín de grandes dimensiones pintado por D. Leandro Fernández. En el cuadro se ve a San Agustín vistiendo el hábito negro de la Orden Agustina, capa pluvial y un ángel a su lado sosteniendo la mitra y a la Virgen de la Consolación, patrona de la Orden, que le está entregando la correa. Pero empecemos por el principio.
A los pocos días de tomar posesión como nuevo cura de la parroquia D. Jerónimo recibió la visita de D. Leandro, párroco de la iglesia de la Esperanza del Barrio del Progreso. En su visita a la iglesia, D. Leandro subió a la torre y se enamoró de un pesebre antiguo que allí había y D. Jerónimo le dijo que ese pesebre sería suyo con la condición de que tenía que pintar un cuadro para la iglesia de Fuente Álamo.
La única directriz recibida para realizar el óleo fue que en el cuadro debía estar el San Agustín vestido con el hábito de su Orden que en su día pintó Murillo.
D. Leandro se pone manos a la obra inmediatamente y el 14 de octubre de 2018 envía un boceto del futuro cuadro. En este boceto inicial se puede observar como no salía la iglesia. Posteriormente añade la iglesia pero anterior a la restauración y finalmente queda la iglesia de Fuente Álamo tal y como la conocemos hoy.
El cuadro lo presentó el 17 de noviembre en la iglesia del Barrio del Progreso de Murcia, llegando a la parroquia de Fuente Álamo el 18 de noviembre por la noche. Desde entonces ha estado expuesto en el altar mayor a modo de presentación a los feligreses y próximamente será colocado en su lugar definitivo a los pies de la nave central, bajo el coro.
FICHA TÉCNICA DEL CUADRO
Nombre: San Agustín pidiendo el patrocinio de la Virgen de la Consolación sobre la Villa de Fuente Álamo e intercediendo por medio del Arcángel San Miguel por las almas del Purgatorio.
Autor: D. Leandro Fernández López.
Fecha: 2019
Estilo: Barroco.
Tamaño: 210 x 270 cm.
EXPLICACIÓN DEL AUTOR
En el cuadro se ven tres espacios, el purgatorio, el terreno que lo representa la iglesia de Fuente Álamo y el cielo.
Se ve la Virgen rodeada de ángeles, sin el Niño Jesús, entregando a San Agustín la correa. La correa para la Orden Agustiniana representa como el escapulario para la Orden Carmelita, imitar a Jesucristo en pobreza, castidad y obediencia.
San Agustín también lleva en su hábito la correa por debajo de la cruz. Con eses signo la Virgen le está diciendo a San Agustín que aquellos devotos que en su vida han intentado imitar a su hijo Jesucristo y que no se han purificado, que están todavía sufriendo las penas de sus pecados, tienen más posibilidades de poder salir del purgatorio.
San Agustín le pide a la Virgen que proteja a la parroquia y a la Villa porque es el patrón e intercede por las almas del Purgatorio por intercesión de San Miguel.
Las almas aparecen de forma gradual porque el purgatorio no es colectivo, es individual. Hay tantos purgatorios como personas y cada una estará en el lugar que corresponda. Hay un purgatorio que se parece al infierno, la única diferencia es que hay esperanza y esta alma algún día estará en el cielo y otro purgatorio que es muy superficial, que está mas cerca de Dios.
San Miguel lleva bajo su manto un alma que es la próxima que va a salir y señala a la parroquia y dice que es muy importante el ofrecer la Eucaristía por los difuntos porque en ella se hace presente la muerte de Cristo y nos redime y purifica nuestros pecados.
En la puerta de la parroquia está el cura y el reloj del campanario marca las tres de la tarde que es la hora de la muerte de Cristo, cuando lo arranca de la muerte.
Los ángeles son los únicos que pueden bajar al purgatorio a consolar a las almas. Cada alma lleva su ángel de la guarda para darle ánimos y para que nunca pierdan la esperanza. No aparece Jesucristo porque no pueden verlo las almas del purgatorio. Solamente pueden ver a la Virgen que baja de vez en cuando, a los arcángeles y a los ángeles custodios porque si viesen a Jesucristo ya dejaría de ser el purgatorio porque ven su esperanza. Solamente lo veran cuando puedan subir al cielo.
El cuadro es un llamamiento a orar por esa iglesia que sufre para que pueda estar junto con Dios en el cielo y darnos esperanza a nosotros que nuestra meta no es la tierra sino que es la vida eterna.
Juan Morales