Solemne 28 de agosto, San Agustín

El patrón se presentaba en el centro de un precioso altar efímero, rodeado de candelería y flores

Como es tradición, el día comenzaba a las ocho de la mañana con el volteo de campanas que anunciaban al pueblo el día grande y el Templo abría sus puertas para vivir una emotiva jornada en la que fueron muchos los fuentealameros que acudieron a cumplimentar un año más a San Agustín.

A las 12 de la mañana se celebró la solemne Eucaristía presidida por nuestro párroco D. Jerónimo Hernández y concelebrada por varios sacerdotes de la Diócesis y por el diácono Paco Saorín, asistidos por seminaristas del Seminario San Fulgencio.

Esa mañana el Templo completó su aforo, en consonancia con la masiva asistencia de fieles a las celebraciones del Triduo. Frente al altar mayor se encontraban las autoridades municipales, la alcaldesa Dña. Juana María, el teniente de alcalde D. José Antonio Oliver y otros miembros de la Corporación municipal, el jefe de la Policía Local y el brigada del Puesto de la Guardia Civil. También se encontraban las majas juveniles e infantiles que fueron las encargadas de leer las peticiones y que con sus trajes y coronas contribuían a engrandecer la celebración.

La homilía de D. Jerónimo giró en torno a la parábola del banquete de bodas. Dios aprovechó el rechazo de la primera invitación para ampliarla a todos los pueblos: «Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis convidadlos a la boda«. El párroco invitó a los presentes a salir a la calle y llenar el banquete con los hombres y mujeres que llenan la plaza de la Iglesia todas las madrugadas para ir a trabajar, con los matrimonios de doble vida, con los niños que necesitan amar y ser amados, con los jóvenes heridos que terminan en la droga, con los que solo viven para juzgar, con los que beben para olvidar sus problemas. Todos necesitamos ser invitados a la fiesta de la salvación, la fiesta del perdón, la fiesta de la vida.

Foto de familia de D. Jerónimo con las autoridades y las majas juveniles

En la parte musical, esta solemne celebración ha estado acompañada por las voces de la Coral «San Agustín» de la parroquia, que dirige D. Daniel y por las melodías del recién estrenado órgano de tubos a cargo de D. José García Nieto.

Ya por la tarde, después de dos años, el patrón volvió a salir en procesión por las calles del centro, donde fue acompañado y aplaudido por numeroso público. Como ya es tradición, en primer lugar iba Santa Mónica que era portada por mujeres de su asociación y detrás, San Agustín que era llevado por miembros de la Peña Los Tracas.

Al volver, el pueblo cantó por última vez el himno a San Agustín antes de entrar al Templo, acabando el día grande con unos magníficos fuegos artificiales.

La solemne Eucaristía terminó con el himno a San Agustín