Este domingo 4 de octubre, día de San Francisco, se publicó la tercera encíclica del Papa Francisco, que lleva por nombre «Fratelli tutti» (hermanos todos) y pone el acento en lo social ante la pandemia.
Enlace para leer integra la encíclica:
https://www.aciprensa.com/pdf/enciclica-fratelli-tutti.pdf
El extenso documento que lleva el título de una frase de San Francisco de Asís, dividido en ocho capítulos, reflexiona sobre cómo la emergencia sanitaria mundial ha servido para demostrar que “nadie se salva solo” y que ha llegado el momento de que “soñemos como una única humanidad” en la que somos “todos hermanos”.
Advierte que “se están creando nuevamente las condiciones para la proliferación de guerras” y que “si se quiere un verdadero desarrollo humano para todos, se debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre las naciones y los pueblos”.
Una parte importante de la encíclica está dedicada a los migrantes. El Papa reitera el concepto de que los derechos no tienen fronteras y por tanto “nadie puede quedar excluido, no importa dónde haya nacido. “Los límites y las fronteras de los Estados no pueden impedir que esto se cumpla. Así como es inaceptable que alguien tenga menos derechos por ser mujer, es igualmente inaceptable que el lugar de nacimiento o de residencia ya de por sí determine menores posibilidades de vida digna y de desarrollo”, destaca.
El Cardenal Parolin, encargado de la presentación de esta encíclica, dice que «ha abierto una nueva puerta para que el oxígeno de la fraternidad pueda entrar entre personas de diferentes creencias religiosas, entre creyentes y no creyentes, y entre todas las personas de buena voluntad».