El mes de marzo comenzaba con una Cuaresma recién estrenada y una agenda repleta de actos. Poco a poco, y casi sin darnos cuenta, la crisis sanitaria provocada por el Coronavirus.
La pandemia y sus consecuencias lo fueron invadiendo todo, modificando nuestras vidas y el funcionamiento de la parroquia, hasta un punto inimaginable.
El lunes 2 tenía lugar el acto de «entrega de la Biblia» con el que concluía la primera etapa de la catequesis de adultos. Fue D. Jerónimo el encargado de entregar la Biblia y dar una emotiva charla de su experiencia personal, dando fin a la catequesis inicial del Camino Neocatecumenal que desde el 13 de enero se venía impartiendo por un grupo de jóvenes de la Parroquia de San Bartolomé de Murcia.
Al día siguiente comenzó el triduo al Cristo de Medinaceli que para la ocasión se colocó en el altar mayor. Ese mismo martes emitió el Obispado un comunicado aconsejando a los fieles que en los días de Cuaresma se veneraran las imágenes con gestos que no supusieran riesgos para la salud.
El miércoles 4 visitó la parroquia el Padre Antonio M. Quesada de los Redentoristas de Granada y conoció el cuadro del Perpetuo Socorro que se encuentra en la capilla del Santísimo. Esa noche se celebró en los salones parroquiales la charla «Educación afectiva y sexual» con la asistencia de numeroso público.
El jueves finalizó el triduo al Cristo de Medinaceli y el viernes, primero de marzo, como manda la tradición tuvo lugar el Besapié al Cristo.
Empezó la jornada a las 7 de la mañana con un Via Crucis por las calles del centro y misa. A continuación, quedó abierto el besapié al Medinaceli en la capilla del Rosario, permaneciendo abierto hasta las 8 de la tarde.
Durante toda la jornada hubo numerosas confesiones, viniendo muchas personas de las pedanías y de antiguos feligreses del párroco. Teniendo, incluso, que marcharse sin poder confesarse.
El día terminó con la procesión del Cristo de Medinaceli que este año fue por los barrios de San Cayetano y Corverica. La Hermandad de la Virgen del Rosario portó la imagen en procesión, que fue presidida por D. Jose Ramón Gómez, párroco de La Aljorra, ya que coincidió con la convivencia del grupo Neocatecumenal, que empezaba esa misma noche.
Durante ese fin de semana, 52 personas convivieron en San Pedro del Pinatar, quedando el domingo constituida la primera Comunidad de San Agustín.
El martes 10 dio comienzo el Quinario al Stmo. Cristo del Perdón de Archena en la iglesia de San Juan Bautista, siendo este año D. Jerónimo el encargado de oficiar y predicar los solemnes cultos. Al terminar los cultos del jueves 12, la cofradia recibió la comunicación de las autoridades municipales suspendiendo el Quinario a causa de la crisis sanitaria.
Todavía ese jueves por la mañana se pensaba que los actos de Semana Santa serían posibles. El amigo y colaborador, Patricio, estuvo preparando el crucero para el monumento de Jueves Santo. Lo siguiente fue el comunicado de la Consejería de Salud de la Comunidad Autónoma en la que se adoptaban una serie de drásticas medidas como la suspensión de clases en colegios, institutos y universidades, la recomendación de suspender los actos públicos de más de 50 personas, el cierre de centros de ocio, … Aquella misma noche reunió D. Jerónimo al Consejo Pastoral para tratar las medidas a tomar a raíz de la pandemia, publicando un comunicado de la parroquia con las medidas a adoptar.
El sábado 14, el gobierno reunido en Consejo de Ministros declaró el estado de alarma en todo el territorio nacional y el Obispado emitió un decreto suspendiendo drasticamente las celebraciones litúrgicas públicas. A partir de ese momento dejaron de celebrarse las misas a puerta abierta y ese domingo se emitió la primera misa a través de Facebook.
El 17 de marzo envió D. Jerónimo un mensaje a todos los niños de comunión, les pidió que obedecieran a sus padres en estos días que tenían que permanecer en casa. También les encargó que rezaran todos los días al levantarse y al dormir.
También fueron muchos los feligreses que animaban al párroco en esta difícil situación, enviándole pequeños altares montadas en los hogares, de los que ponemos una pequeña muestra.
El resto del mes transcurrió con Eucaristías a puerta cerrada, destacando las del día de San José, en el que se puso en el altar mayor la imagen de San José de la parroquia, y la del 25 que se celebró la Anunciación y la Encarnación.
El 28 de marzo se produjo una imagen histórica y fue la de recibir y acoger a la imagen de San Roque que fue traída desde su ermita, después de 72 años. Ante el cariz que estaba tomando la pandemia, D. Jerónimo decidió traer a este santo protector de las epidemias al que desde tiempo inmemorial se encomendaron los fuentealameros, tan castigados por las epidemias en otras epocas. Esta imagen permanecerá en el templo parroquial mientras dure esta situación.
A partir del día 30 las misas empezaron a celebrarse en la Capilla del Rosario para mejorar la audición de las emisiones.
Juan Morales